viernes, 13 de octubre de 2017

Consejos de estimulación motriz para niños

Motricidad fina de cara

Estos ejercicios de motricidad sirven para que el niño pronuncie correctamente los sonidos, hable con claridad y fluidez cuando va a expresarse: narrar un cuento.

Motricidad fina de pies

Estos ejercicios de motricidad permiten coordinar mejor la marcha, la postura y evitan deformaciones óseas.

Motricidad fina de manos

Diversos objetos brindan al niño una destreza motora fina. Por ejemplo, cuando realizan el agarre de un objeto, atrapan una pelota, realizan trazado, dibujo y recorte de diferentes figuras, ya que son premisas para la preescritura.

Giros

Rotación de la pelvis, rotación torácica y balanceo de los brazos. Movimientos articulares como: círculos del tronco en el plano horizontal buscando amplitud; giros del tronco en acción "guadaña", adelantando la misma pierna del lado en que se realiza  el giro; círculo de brazos y cruce de brazos horizontales.

Gateos 

También llamados ejercicios de arrastre, consisten en el desplazamiento que se produce por la acción alternativa o simultánea de brazos y piernas, y en el que se da el contacto permanente del tronco con el suelo. Los ejercicios de cuadropedia consisten en el desplazamiento que se realiza sobre las  manos y los pies en contacto con el suelo.
Para realizarlos, se adelanta el pie y la mano del mismo lado, después con el pie y la mano del lado opuesto; y por último, adelantando primero las dos manos y seguidamente, los dos pies (salto del conejo).


Equilibrio

Equilibrio dinámico espontáneo. Se pueden introducir en otro tipo de ejercicios como la marcha, la carrera y el salto, a través de la modificación de los apoyos en el suelo (andar de puntillas, con los talones), desplazamientos con paros cuando indica el profesor y  realización de los ejercicios con los ojos cerrados.

Equilibrio en el suelo. Cada persona empezará a mantener su equilibrio apoyada en una barra o respaldo, adoptando distintas posiciones: sobre la punta de los pies, apoyando un solo pie, elevando la rodilla por delante, elevando la pierna extendida por delante, elevando la pierna extendida a un lado, elevando la pierna extendida hacia atrás, apoyando el talón sobre la cara interna de la rodilla, etc. Después, variando la posición de los brazos (caídos, elevados en vertical o lateralmente) se va eliminando el apoyo. Cuando se domine este ejercicio, se prueba a mantener el equilibrio modificando la  postura general del cuerpo, apoyándose sobre un pie: se flexiona el  tronco hacia delante y se lleva la otra pierna extendida hacia atrás. O flexionando el tronco hacia atrás y llevando la otra pierna extendida hacia delante. O bien flexionando el tronco hacia un lado y llevando la pierna estirada hacia el lado contrario. Se continúa manteniendo el equilibrio en la posición de cuclillas (tanto parado como en movimiento) cuidando la verticalidad de la espalda, y se acabará saltando a la pata coja en diferentes direcciones: hacia delante, hacia atrás lateralmente, siguiendo un trazo determinado...

Equilibrio elevado. Utilizando un banco sueco como material, se realizarán ejercicios de marcha, carrera, arrastre y equilibrios, enseñando a la persona a no mirarse los pies, sino a una corta distancia delante de ellos.




Evolución de la psicomotricidad fina en los niños

El desarrollo de las habilidades de psicomotricidad fina son decisivas para el niño. Sus logros en este campo abren la puerta a la experimentación y al aprendizaje sobre su entorno y, como consecuencia, la psicomotricidad fina juega un papel fundamental en el desarrollo de la inteligencia.
Sin embargo, este aprendizaje está sujeto a grandes altibajos, a pesar de que requiere un ciclo progresivo. Por tanto, no debemos alarmarnos si vemos que el niño, en ocasiones, pasa por momentos de progresos acelerados y otras veces manifiesta frustrantes retrasos. Ambos son inofensivos y forman parte del ciclo natural de aprendizaje y desarrollo de la psicomotricidad fina.

Qué aporta la psicomotricidad a los niños

La psicomotricidad está dirigida a todos los niños y niñas hasta los 7 años. 

Entre los beneficios asociados a la psicomotricidad en niños y niñas:

  • Conciencia del propio cuerpo parado o en movimiento.
  • Dominio del equilibrio.
  • Control de las diversas coordinaciones motoras.
  • Control de la respiración.
  • Orientación del espacio corporal.
  • Adaptación al mundo exterior.
  • Mejora de la creatividad y la expresión de una forma general.
  • Desarrollo del ritmo.
  • Mejora de la memoria.
  • Dominio de los planos horizontal y vertical.
  • Nociones de intensidad, tamaño y situación.
  • Discriminación de colores, formas y tamaños.
  • Nociones de situación y orientación.
  • Organización del espacio y del tiempo.

 

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